Todo esto nos suena muy actual, pero ya en los tiempos del “analógico” existía y se realizaban los diferentes ajustes en el negativo, se corregían zonas e incluso se hacían fotomontajes, todo ello en los típicos cuartos oscuros y bajo esa famosa bombilla roja.
Hoy en día nos suena más, lo conocemos en la “era digital” y aunque muy parecido en técnica, es diferente, además de realizarse desde un ordenador. Para nosotros, la fotografía perfecta no existe y siempre se puede mejorar la imagen que sale de la cámara ofreciéndole los ajustes estéticos necesarios.
Una vez que la imagen llega al estudio, nuestro tratamiento se basa en la limpieza de la imagen y la simpleza, repetimos ese “menos es más”, intentando que la imagen quede lo más natural posible, sin que llegue a ser una fotografía irreal, pero sí mejorándola para hacerla más atractiva.